PRESENTACIÓN DE LA BIROME
Una
birome es fálica solamente en caso de ser así constituida por el sujeto que la
significa. Así que, a ese respecto, no vamos a perder el tiempo. (Pero además
si es sostenida por el sujeto que la comunica como instrumento de sus
relaciones, como una especie de órgano central capaz de organizar el pulso y
los vaivenes de sus interacciones con el resto de la especie, entonces, todo
indica, se trata de la cosa. La cosa en sí o para sí o por si acaso que la
cosan porque esto se va deshilachando en sus endechas de un modo en que los
puntos renuncian a imposturas y las costuras anhelan las puntas de sus hilos.
¿Por qué poner, aquí, un signo de pregunta? ¡Porque hace falta hablar con
énfasis de esto y de lo otro! Hemos deshilvanado las urdimbres tramando relatar
un desenvolvimiento sonando a desenredar el nudo este. ¿Y qué hemos conseguido? [¿Eh?] La falta de una ausencia con sus restos cremando trascendencia en las
buenas y en las malas. No es lo mismo poner un dos al as cuando el partido
empieza, que tacharse la doble habiendo enemigas generalas y sin tener un
póquer.) Yo prefiero poner un 15 al cinco.
Y ya que
insisten, así como para un sujeto equis un hueco llama al pene, la birome
podría ser enarbolada tanto como objeto de deseo cuanto como denotación de
aquello que la cubra y calme. No es la birome, activa, en este caso, la que
entra, sino que es activa la cartuchera que la guarda. Y la birome, plácida, se
duerme destapada. Contenida en su estuche y luciendo el capuchón para quienes
escuchen la labia con que su cadencia envolvente desembucha los trastos de un
decir que ni te cuento.
Un sujeto
que arroba la significación de su discurso transcurre en el trayecto de su
devenir práctico como quien se sujeta del clítoris de su hipotálamo. Habrá que
oír si ríen de lo visto o cumplen el mandato de los dados. Habrá que saber algo
que huela entre las brasas de algún tacto. Habrá que hacer posible enunciar
“habrase visto”, acentuando las graves palabras sin sus tildes. Habrá que ver
morir los usos que fenecen entre los secos restos de lo instituido. El cementerio
es signo que vacuo fundamenta la semántica senda que llene algún sentido.
Buenos Aires, Agosto de 2018.
¡Ah, por fin volvió la birome! Que la cartuchera no la aconche demasiado. Chasgracias.
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